miércoles, 27 de mayo de 2015

POST INDIVIDUAL 1. POR CARLA VILLALOBOS DOMINGUEZ

  LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA EN LOS VARONES
“Ellos también sueñan con ser Príncipes.”
En este primer post, voy a hablar de los TCA en los varones, ya que en general, siempre se alude a esta enfermedad como si únicamente la padecieran mujeres.
En los últimos años, la preocupación por la imagen y el peso en los varones es más frecuente, debido a la imagen que se espera de estos por los medios de comunicación,  que promueven el prototipo de varones cuidados, musculosos, delgados  y esto, puede desembocar en trastornos de la conducta alimentaria, sobre todo en el caso de los adolescentes, al ser más susceptibles e influenciables a las opiniones de sus iguales y de la sociedad.
También se aprecia una mayor tasa de TCA en los varones homosexuales, relacionado esto con una mayor preocupación por la imagen física, ya que estos, se sienten más afeminados por características psicológicas  que en el caso de los heterosexuales.
Según estudios realizados por Fichter y Krenn, “concluyen que el porcentaje de varones con TCA es de 8% para anorexia nerviosa (AN), alrededor del 15% para bulimia nerviosa (BN) y posiblemente alrededor del 20% para trastorno por atracones”. Sobre todo, a diferencia que en el caso de las mujeres, los índices más altos de padecer este trastorno en los varones son en la pre-pubertad, disminuyendo a medida que aumentan de edad.
Destacable también, que tienen más riesgo de sufrir estos trastornos aquellos que practican actividades como gimnastas, patinadores, bailarines etc.
En cuanto a los factores y síntomas que presentan de estos trastornos son los mismos que en el caso de las mujeres.
Mientras las mujeres buscan la delgadez, los varones parecen buscar un cuerpo musculoso, sin grasa, como si la diferencia en la presentación de los TCA entre varones y mujeres estuviera más relacionada con la experiencia corporal que con la presencia de síntomas alimenticios en sí.
“El motor del rechazo a la obesidad es el actual estereotipo de belleza: la delgadez como único modelo estético aceptable. Por lo tanto las personas obesas son objeto de estigma social”. Sobre todo puede llegar a ser un problema en edades tempranas y en la adolescencia ya que les influye más la opinión de los demás.
En conclusión, justamente por ser una minoría que con el tiempo va creciendo hace falta mayor conocimiento acerca de su inicio, factores de riesgo, factores psicológicos, entre otros, para así poder prevenir un aumento de casos futuros y estar preparados por si este aumento no se puede controlar.
También es importante desde el ámbito socio-educativo, no solo la prevención, sensibilización e intervención, si es preciso con mujeres adolescentes, si no, también centrarse en los varones, ya que empiezan a dar importancia a aspectos de su físico y de su imagen corporal y comienzan a ir a gimnasios que  pueden desencadenar en algún tipo de trastorno.
Como  la “vigorexia : es un trastorno en el cual , tienen el deseo de ganar masa magra, no grasa, y una alteración de la imagen corporal, por la cual se ven pequeños y débiles, cuando realmente son grandes y musculosos. Los varones afectados tienen pensamientos obsesivos sobre su cuerpo y realizan una práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo”.
“Sánchez, R. M., & Moreno, A. M. (2007). Ortorexia y vigorexia: ¿nuevos trastornos de la conducta alimentaria? Trastornos de la conducta alimentaria, (5), 457-482.” http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2379929
Aquellos con vigorexia, sufren el problema opuesto de alguien con necesidad de tratamiento de la anorexia, trastorno recientemente de moda entre los varones.
Por último, también romper con los mitos de los medios de comunicación donde venden una imagen corporal tanto para mujeres, como, para hombres mitificados e irreales.


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